Por Carlos Cano, Psicológo Forence, M.A. / AM
La psicología forense es una disciplina fascinante que ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo. Esta área de la psicología aplica principios y métodos psicológicos al sistema legal, ofreciendo conocimientos cruciales para la justicia y la sociedad. Para comprender su importancia actual, es fundamental explorar sus orígenes y evolución.
Orígenes de la Psicología Forense
La psicología forense tiene sus raíces en la intersección de la psicología y el derecho. Sus inicios pueden rastrearse hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Uno de los primeros hitos fue el trabajo de James McKeen Cattell, quien en 1895 realizó estudios sobre la precisión de los testimonios oculares. Sus investigaciones revelaron que los recuerdos y testimonios de los testigos no siempre eran fiables, sentando las bases para futuras investigaciones en psicología del testimonio.
Otro pionero clave fue Hugo Münsterberg, considerado por muchos como el padre de la psicología forense. En su libro «On the Witness Stand» (1908), Münsterberg exploró cómo la psicología podía contribuir al sistema legal, abordando temas como la memoria, los testimonios y las confesiones falsas. Su trabajo fue fundamental para establecer la relevancia de la psicología en los tribunales.
Avances en el Siglo XX
El siglo XX vio un crecimiento y una formalización significativos de la psicología forense. En la década de 1920, William Marston desarrolló el polígrafo, también conocido como detector de mentiras. Aunque su uso ha sido controvertido, este dispositivo marcó un avance importante en la aplicación de técnicas psicológicas en la detección de la veracidad.
Durante las décadas siguientes, la psicología forense continuó expandiéndose. En 1954, la Corte Suprema de los Estados Unidos citó investigaciones psicológicas en el caso Brown v. Board of Education, destacando cómo la segregación racial afectaba el desarrollo psicológico de los niños. Este caso subrayó la influencia de la psicología en decisiones legales críticas y consolidó su papel en el ámbito jurídico.
La década de 1970 fue un periodo crucial para la profesionalización de la psicología forense. En 1973, se fundó la American Psychology-Law Society (AP-LS), una división de la American Psychological Association (APA). Esta organización ha sido fundamental para promover la investigación y la práctica en psicología forense, proporcionando una plataforma para el intercambio de conocimientos y el desarrollo de estándares profesionales.
Psicología Forense en la Actualidad
Hoy en día, la psicología forense es una disciplina bien establecida y respetada. Los psicólogos forenses trabajan en una variedad de contextos, incluyendo tribunales, prisiones, agencias de cumplimiento de la ley y consultorías privadas. Sus roles incluyen la evaluación de la competencia para ser juzgado, la evaluación de riesgos de reincidencia, la elaboración de perfiles criminales y la provisión de testimonios expertos en tribunales.
La investigación en psicología forense también ha avanzado significativamente, abarcando áreas como la memoria y el testimonio, la toma de decisiones judiciales, la violencia y la agresión, y la rehabilitación de delincuentes. Los psicólogos forenses utilizan métodos científicos rigurosos para aportar pruebas y conocimientos que pueden influir en el sistema legal y promover la justicia.
Además, la tecnología ha tenido un impacto considerable en la psicología forense moderna. Las técnicas avanzadas de neuroimagen y la psicometría han permitido evaluaciones más precisas y detalladas, mejorando la capacidad de los psicólogos forenses para proporcionar información valiosa en casos complejos.
La evolución de la psicología forense desde sus humildes comienzos hasta su estado actual refleja una creciente integración de la ciencia psicológica en el ámbito legal. A medida que la sociedad y el sistema judicial continúan enfrentando desafíos complejos, la psicología forense seguirá desempeñando un papel crucial en la promoción de la justicia y el bienestar social. Con una historia rica y un futuro prometedor, esta disciplina continúa demostrando su valor e impacto en la vida cotidiana y en el funcionamiento de la justicia.